Figura perteneciente al multipack The Max Rebo Band: Jabba's Palace Musicians, 2007.
Mi colección de figuras de acción de Star Wars de Hasbro es muy incompleta, tanto porque hay períodos de la misma que no me interesan (los 90) como porque pasa lo mismo con partes de la creciente saga. Eso sí, he procurado hacerme con casi todo lo relacionado con lo que me apasiona de las mismas, y eso significa varios cientos de figuras. Aún así, ¡me siguen faltando muchas de los personajes que quiero!Lamentablemente dos de las escenas que más me gustan, la llegada a la cantina de Mos Eisley en el Episodio IV y las del palacio de Jabba en el Episodio VI son de esas escenas con tantos personajes (y de los que se han hecho figuras de acción de la mayoría) que es una misión francamente difícil de cumplir conseguirlas todas, especialmente si no se están coleccionando desde el día uno del inicio de las series de Hasbro.
Lo que tenía claro es que, aunque tenga muchos huecos en mi colección sobre todo en lo relativo a la enorme variedad de aliens que aparecen en esos memorables minutos fílmicos, debía tener a un Max Rebo en mis estantes, acompañando a Jabba y a sus sórdidas hordas!
Y es que desde la primera vez que vi El Retorno del Jedi la imagen del pequeño y orejudo teclista alienígena despertó mis simpatías. Nunca tuve la figura original de Kenner, y verlo en los catálogos de juguetes de La Guerra de las Galaxias solo hacía despertar mis ansías por tener un Max Rebo entre mis juguetes. Luego descubrí más sobre la historia de Max Rebo, como que sobrevivió a la explosión del esquife de Jabba y que su pasión era la comida, trabajando para el amo del crimen sobre todo a cambio de abundantes raciones. Y desde luego, sus apariciones en Robot Chicken como estereotipo de músico de jazz son hilarantes!
Pero como otro de los extraños y exóticos integrantes del palacio de Jabba tenía que tenerlo, y finalmente le he echado el guante. No ha sido fácil ya que aunque Hasbro ha reeditado un par de veces el Max Rebo de los 90, la última en 2007, normalmente ha sido formando parte de pack de distribución exclusiva, con lo que conseguir un ejemplar suelto y a buen precio (es un personaje muy buscado) no es sencillo (suelto porque por ahora no necesito al resto de su banda, son figuras de acción anticuadas que no están a la altura de Max ni de las figuras modernas super-articuladas).
Este Max Rebo, ligero repintado de la de 1998, solo dispone de cinco puntos articulados y en su caso no necesita más, ya que su misión es estar "a bordo" de su teclado de genial nombre, el Red Ball Jett. Bueno, podría haber tenido dedos articulados para tocar las teclas, pero eso ya es pedir mucho a Hasbro... La escultura de Max y su accesorio, el teclado, compensan su anticuado diseño.
El aspecto del teclista es perfecto, con su largo hocio y orejas, y sus redondos ojos negros que despiertan ternura. Su piel azul está muy bien elaborada con su textura rugosa, y sus anchos dedos terminados en puntas marrones hundidas. En principio su aspecto no parece el más indicado para tocar con habilidad el teclado pero el músico es un as en lo suyo, no hay más que ver su aparición en el Episodio VI!
Además de su físico alienígena azulado Max nos sorprende con su vestimenta, que nunca vimos en la película, al extraerlo de su teclado. Un escueto calzón beige atado con un cinturón. ¡Todo un dandy este Max Rebo!
Su enorme teclado circular es una bonita pieza pese a los años que han pasado desde su primera aparición en la colección. Sigue cumpliendo su función, con sus múltiples teclas (no movibles de forma individual) y los adornos de su superficie.
Lo dicho, ya puedo tachar de mi lista de asuntos pendientes el tener a un pequeño y rechoncho Max Rebo para amenizar mi palacio de Jabba particular... ¡lo siguiente será conseguir su Greatest Hits!
Valoración (sobre 5):