Basic Figures, Crisis Series 1, Nº49, 2009.
La única ocasión en la que me he cruzado con este personaje fue leyendo las Crisis en Tierras Infinitas, y es lógico que Mattel en una colección centrada en el evento incluyera al desquiciante, y desquiciado, vampiro de emociones Psico-Pirata!
Y lo hizo en nada menos que en dos ocasiones con variantes de un mismo personaje francamente distintas y no solo en la apariencia del Psico-Pirata, ya que ambas utilizan moldes distintos pese a estar identificadas con el mismo número de colección y tener el mismo año en el blíster, 2009, cuando la segunda versión que es la que vemos hoy utiliza claramente el molde que adoptaron los Infinite Heroes a partir de 2010 sobre todo en la serie 75 Years of Super Power.
La primera versión tenía el diseño tosco y los diez puntos articulados de las primeras figuras de la serie, y llevaba la cara descubierta mostrando una expresión de locura y rabia, pero esta segunda (que es la que hay que tener si queremos la mejor y más moderna figura de acción de las dos) disfruta de catorce puntos de articulación, algunos de ellos de bola, un cuerpo más proporcionado y estilizado, y con la interesantísima variante de ocultar su rostro con la dorada Máscara de Medusa.
Esos catorce puntos dotan a la figura de un dinamismo favorecido por una buena estabilidad que no se ve alterada siquiera por la pesada capa, que es la misma que la del primer Psycho-Pirate, único elemento que comparten ambos. Su musculatura es más realista y sus manos, que ya hemos visto en otros ejemplos de esta colección, están diseñadas en dos gestos muy adecuados para casi cualquier personaje.
La combinación de colores, rojo y negro en su uniforme, está excelentemente conseguida reproduciendo el complicado patrón arlequinesco del Pirata, una versión esquizoide de un personaje propio de Alicia en el País de las Maravillas. El color dorado que encontramos en su cinturón, la máscara y las dos caretas que decoran su torso expresando emociones contrapuestas complementan de forma exquisita al rojo y al negro. Por una vez en DC consiguieron un diseño de personaje que aúna la locura habitual de su estilo con cierta elegancia y congruencia, y sin nada demasiado bizarro.
La capa, reutilizada del primer Psycho Pirate, es una estupenda pieza con un gran cuello que rodea toda la parte posterior de la cabeza, con el interior negro, y que cae en pliegues muy bien conseguidos y con una ondulación muy estilizada.
El uniforme cubre todo su cuerpo, salvo las manos, y hasta la cabeza manteniéndose la misma división de colores blanco-rojo, pero se ve dramáticamente interrumpido por la máscara dorada que permite apreciar los ángulos de un rostro debajo de la misma y dos ojos que aunque blancos no dejan de tener cierta inquietante expresividad.
Una estupenda traslación al plástico del Psico-Pirata, sobre todo en esta segunda versión que disfruta del muy apreciable molde de 2010 de Mattel. No es un personaje esencial de DC pero tuvo su buena parte de protagonismo en las Crisis, y no podemos negar lo que mola su traje de arlequín y su máscara dorada más aún sabiendo que el personaje es un villano vampiresco emocional. Aporta un enorme colorido a nuestros estantes y es de inmediato reconocible. Un buen trabajo de Mattel!
Valoración:
David
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