Basic Figures, Collection 1, Nº III-25, 2005.
Son pocas las figuras de la colección Revenge Of The Sith que han sobrevivido en mis estantes. Muchas sufren de diversas action features que las transforman en curiosos juguetes pero cuestionables figuras de acción para coleccionistas, adaptados sus cuerpos y diseños a esos efectos especiales sufriendo para ello de adaptaciones anatómicas poco favorecedoras.Pero por otra parte aportó a nuestras colecciones individuos de especies nuevas y de otras bien conocidas por los fans pero con pocos ejemplos que las representasen. Entre estas últimas se encuentran los wookiees, con un puñado de nuevos personajes extraídos de la película que Hasbro convirtió en figuras de acción. Dada su ínfima presencia en el resto de líneas de Star Wars, algunos de estos wookiees permanecen conmigo y no están mal, aunque otros (Wookie Warrior, te estoy mirando a ti) son productos poco o nada recomendables.
De las escenas de la batalla de Kashyyyk (que son de lo mejor del Episodio III) nos llega directamente Tarfful, uno de los líderes guerreros del pueblo Wookiee. Alto, robusto y poderoso, la figura de acción conserva estas características pero al igual que sus peludos compañeros de una forma algo exagerada, y es que si los comparamos con el wookiee más famoso de la historia (al menos para nosotros), Chewbacca, todos son demasiados altos, gruesos y cabezones.
Tarfful incluye diez puntos de articulación, los cuales no son muchos pero están bien aprovechados y sobre todo espléndidamente camuflados en su anatomía, cubiertos por su grueso pelaje. Respecto a la moderna articulación esta figura carece de la situada en las muñecas y los tobillos, y en la cintura se sitúa la temible action feature: si la giramos, automáticamente vuelve a su situación inicial. Podría haber sido peor (Mace Windu, te estoy mirando a ti).
Su expresión es buena; los ojos están bien pintados y su boca se abre en un rugido mostrándonos sus fauces. La decoración de su pelaje y atuendos guerreros está conseguida y podemos apreciar reflejos amarillos aquí y allá sobre el marrón predominante para dar variedad al peludo. De la cabeza de Tarfful surgen grandes trenzas anilladas bien esculpidas pero, claro, inhiben los movimientos laterales de la cabeza.
El inconveniente de esa decoración es que para nada se corresponde con los colores del pelaje del Tarfful original. El marrón debería ser sustituido por un tono grisáceo-verdoso y las manchas amarillas son más grandes y uniformes sobre todo en el torso y en el rostro, rodeando boca, nariz y ojos. Éste es un buen guerrero wookiee, pero para nada es Tarfful.
Su escasa indumentaria guerrera sí está bien reflejada, compuesta por un cinturón, una banda que sube por su pecho y espalda y se divide en dos alrededor del cuello, con hombreras protectoras bien esculpidas y pintadas para darle un toque añejo.
Los accesorios del wookiee están compuestos por sus dos armas, que no recuerdo que enarbolara en la película pero seguramente no fuera así. En vez de optar por armas más finamente diseñadas y elaboradas, y fieles al Episodio III, Hasbro optó por unas rudas piezas de plástico desmesuradas y poco convincentes. Un garrote sin pintar y una ballesta capaz de lanzar un proyectil rojo, otro de los "efectos especiales" incluidos por Hasbro. En fotos de referencia Tarfful luce un rifle largo propio de su especie, y hubiese sido genial que esa fuera el arma que acompañara a la figura de acción.
Pese a todos sus defectos Tarfful aporta variedad y riqueza a nuestras colecciones. Y es que, ¿a quién no le gustan los wookiees? Pero es una deuda pendiente de Hasbro, o de quien tenga la licencia de Star Wars en ese momento, entregarnos al Tarfful perfecto y definitivo.
David
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