Sallah es reproducido como figura de acción con el aspecto con el que aparece en las escenas de El Pozo de las Almas, cuando busca junto a Indiana, disfrazados como excavadores egipcios a sueldo de los nazis, el emplazamiento exacto del Arca de la Alianza (¡pura aventura, amigas y amigos!). Por ello luce una túnica, fajín y turbante. Su aspecto y parecido con el Sallah de ficción encarnado por John Rhys-Davies no es el más conseguido en esta colección de figuras pero es el suficiente para adoptarlo con alegría en la, poco a poco, creciente colección de Indiana Jones. El hecho de poder incorporarlo y a un precio razonable es más que suficiente, ya que es no es de las figuras más abundantes y no sé por qué lo había ido dejando escapar. ¡Un estante dedicado a En Busca Del Arca Perdida necesita a un Sallah!
La figura ostenta diez puntos de articulación, menos que la media de la colección ya que de cintura para abajo, prácticamente cubierto con la túnica realizada en plástico duro, carece de articulación y sólo puede mover las piernas a la altura de la cadera y muy limitadamente. De cintura para arriba tenemos la articulación estándar y a base "de bola" en cuello, hombros y codos. ¡Bien!
La decoración es sencilla, no se trata de una figura agraciada con muchos detalles. La pintura está bien aplicada salvo en la confluencia del pañuelo del turbante y el rostro, salpicando algo de pintura blanca la cara, y en general dominan los tonos suaves de marrón y el blanco. Su rostro no está mal, un tipo con barba que puede parecer egipcio sin problemas, pero quizá a la figura le falte algo de "tripa", Sallah estaba más rellenito. Y sus manos son extrañamente grandes (más que las de sus compañeros y compañeras de colección) y algo toscas en su ejecución.
Sus accesorios, como es lo habitual en esta serie de figuras, son varios y muy bien hechos. Una pala, una antorcha y un chaleco extraíble. Además, la caja con una reliquia arqueológica secreta, en este caso un caballo de terracota. No muy apropiado para un experto excavador egipcio ya que esas piezas provienen de China, pero eran incluidas aleatoriamente en la colección. Da igual, se trata de un agradable bonus, tanto la cajita de cartón como su contenido.
Y mientras suenan fanfarrias por la entrada número 200 y devuelvo a Sallah a su estante, agradezco a cada uno de los visitantes y lectores del blog su paso por aquí. ¡A por otras 200..!
David
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