viernes, 4 de septiembre de 2015

OPTIMUS PRIME (TRANSFORMERS: LEGION CLASS)

Basic Figures, Wave 1, 2014.
Aunque siempre disfruté con la serie animada y algún tebeo que cayó en mis manos, de crío nunca tuve Transformers. Bueno, en realidad tuve uno, bastante grande por cierto, un avión militar de esos con radar circular que al transformarse en el robot de color gris utilizaba espada y el radar como escudo. Pero no era un Transformers original sino una copia, aunque muy bien hecha. Y la cuestión es que siempre quise un Optimus Prime pero al mismo tiempo no quería introducirme en una nueva faceta de coleccionismo y en un universo que me desbordaba con tantas colecciones, variantes, series y multitud de distintos tamaños.
La casi constante presencia de productos de Transformers en las jugueterías me hacían buscar de cuando en cuando un Optimus Prime más bien clásico y de aceptable precio y tamaño, aunque en gran medida desconocía si en esos momentos Hasbro ofrecía algo del estilo. Y reconozco que ojeaba esos productos con cierta suspicacia ya que en un menguante mercado como es el de las figuras de acción, al menos en este país, los Transformers me parecía que desplazaban a otras líneas cada vez menos apoyadas por Hasbro como podían ser los G.I. Joe, compañeros míos desde la infancia.
En una de esas visitas veraniegas a jugueterías en busca de saldos y casi improbables novedades encontré, ¡al fin!, un Optimus Prime que podría tener en mis estantes, un pequeño juguete de indudable estética clásica. Tanto el robot como su forma de vehículo, la cabina de un poderoso camión, enlazan con la primera encarnación del líder de los Autobots y con sus clásicos colores rojo y azul. Y aunque no es un primoroso artículo plagado de detalles y con una articulación abundante responde a mi deseo de tener a una versión del personaje presente en mis estantes. Y encima estaba de oferta.
Optimus Prime (Legion Class) es un pequeño pero divertido juguete de 7'5 centímetros de altura, fabricado mayormente en plástico pero con algunas partes metálicas como puede ser su cabeza. En su modo de robot dispone de una buena estabilidad y con diez puntos de articulación en tan exiguo cuerpo (si contamos la cabeza, que sube y baja pero no gira a los lados). En su cuerpo están presentes el azul y el rojo clásicos del personaje así como las partes de gris metalizado en piernas, abdomen y tórax, así como en las chimeneas del modo camión y los ojos y su característica boca tapada en una cabeza evidentemente clásica. Las pinturas están bien aplicadas salvo algún pequeño desliz en el que se mezclan levemente, pero en un juguete tan pequeño no podemos pedir más precisión.
Esta versión del Autobot no es nueva sino un repack (y creo que repintado) de anteriores colecciones (creo que su primera versión se remonta a 2011) de Transformers de bajo precio y destinados mayoritariamente a los críos. Este mismo Prime se comercializa en USA con una espada que se inserta en el techo de la cabina en su modo camión pero seguramente debido a alguna estúpida normativa comunitaria la versión que se puede conseguir por aquí no la incluye, así que sus accesorios son inexistentes.
Su modo camión está aún mejor conseguido que el robot. Su transformación es sencilla y conseguimos un pequeño pero muy bonito camión de estupendas proporciones y en la que cada parte encaja de maravilla con el resto sin mostrar fisuras ni fallos en el diseño. El frontal con las lunas delanteras y la rejilla es especialmente llamativo, así como el símbolo de los Autobots en su lado izquierdo (originalmente en el antebrazo del robot). De sus seis ruedas cuatro son totalmente útiles y hacen rodar al juguete perfectamente, estando esculpidas las de en medio.
Me ilusiona tener mi primer Optimus Prime, por el personaje en si y porque seguramente sería el tipo de Transformers que un crío recibiría por primera vez, aunque en mi caso con unas cuantas décadas de retraso. Aunque nunca se sabe, no creo que me meta a fondo en el enorme mundo de Transformers. Falta de espacio, de fondos, de ganas por empaparme de esa mitología y sobre todo mi devoción hacia otras licencias constituyen un freno poderoso para ello. Pero quién sabe si en el futuro aparecerá por aquí otro Autobot o algún Decepticon reivindicando el sitio de los robots transformables en mi blog!
David

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